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sábado, 29 de octubre de 2011

Historias de terror

La silla maldita:

En Corea, como en otros países asiáticos, es muy importante estudiar mucho y ser un buen estudiante. Una chica se esforzaba mucho pero era muy Difícil. No era que el material era muy difícil, sino que su espalda le dolía a los pocos minutos de sentarse en su silla en el salón. La incomodidad no le permitía estudiar correctamente y sus notas empezaron a declinar.

Su madre se mostró preocupada y llevo a su hija a varios doctores, pero ninguno encontraba algo malo en la joven. Lo curioso era que la chica podía concentrarse tranquilamente sin dolor en cualquier otra silla a excepción de esa. La madre desesperada consulto con una adivina y esta le aconsejo q tomara una foto de ella usando la silla en cuestión. La madre tomo la foto y cuando la vio, se sorprendió de lo que vio. En ella aparecía su hija, pero también aparecía otra chica con una soga al cuello ahorcándose, la cual trataba de apoyar sus pies en los hombros de su hija. Esa chica era la antigua dueña de la silla q se había ahorcado saltando de esa silla cuando no aguanto mas porque no podía con la presión de las notas en la escuela.


Solo contigo

Había una vez una familia que consentía a su joven hijo todo capricho que este quisiera. Era el cumpleaños del niño y los padres salieron con el al pueblo a comprarle un regalo, sin embargo, nada de lo que veían le gustaba al chiquillo. Sin embargo, cuando pasaron frente a una vieja casa de antigüedades, un muñeco en forma de payaso le llamo la atención. Le dijo a sus padres que eso era lo que el quería de regalo. Entraron recelosos a la vieja tienda y trataron de comprar el muñeco pero el dueño de la tienda y su esposa se negaban a venderlo, aduciendo que no estaba a la venta y que por un descuido había terminado en la vidriera y no lo habían vuelto a guardar. Los padres del chiquillo insistieron y le ofrecieron al dueño del local una fuerte suma de dinero, dinero que el pobre vendedor y su esposa no pedían rechazar. El dueño del local acepto vender al muñeco con la condición de que nunca quedarse solos con el muñeco en la casa, puesto que estaba maldito. Los padres del chiquillo razonaron que era una petición  aceptable ya que querían tanto a su hijo que siempre estaban con el y el saber de la maldición  los asusto un poquito. Pasaron los meses sin novedad y la familia se fue olvidando de la advertencia. Un día, el padre se encontraba trabajando y la madre preparaba el almuerzo para ella y su hijo. Al ver que no tenia todos los ingredientes que necesitaba, fue al mercado rápidamente a comprar lo q le faltaba. Cuando regreso, vio gotas de sangre en el piso de su casa que formaban un rastro en dirección hacia el cuarto de su hijo. La mujer subió las escaleras a toda velocidad y vio que las gotas terminaban frente a la puerta del closet. La mujer abrió el closet y se horrorizo al ver el cuerpo de su hijo despedazado y colgado dentro del closet. Estaba aterrorizada cuando se volteo y se encontró al muñeco sonriendole. El muñeco hablo y le dijo "Y ahora, estoy solo contigo”.

 
NO SÓLO LOS PERROS LAMEN

El relato de la desgraciada historia de una niña de nueve años y su perro, y el escalofriante suceso que la envió al manicomio

La citada historia le sucedió a una niña de 9 años, hija única de padres de gran influencia en la política local; esta niña tenía todo lo que hubiese querido y deseado una niña normal con buena educación, pero con una soledad incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del ámbito político, y la dejaban sola.
Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande (para que cuidase a la niña cuando creciera). Pasaron los años y la niña y el perro se volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra, los padres fueron a despedirse de la niña; el perro, ya acostumbrado a dormir con la niña, se postraba abajo de la cama.
Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo. Aproximadamente a las 2:30 de la madrugada, un fuerte ruido la despertó, era un sonido como de rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, la niña bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro). Así lo hizo el perro, y entonces ella se tranquilizó y durmió otra vez.
Cuando ella se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con letras rojas. Cuando se acercó, vio que era un rastro de sangre que decía así:
"NO SÓLO LOS PERROS LAMEN". Entonces dio un grito de terror al ver a su perro crucificado en el suelo de su habitación.
Se dice que cuando los padres la encontraron ella no hablaba de otra cosa más que de "¿quién me lamió?" y decía el nombre de su perro, se volvió loca y hasta la fecha está en un manicomio y sus padres, tratando de olvidar lo que hallaron en el cuarto y a su hija, se fueron al extranjero.
Y la incógnita más grande es: según los que fueron a investigar al cuarto de la niña, el perro ya estaba muerto, es decir crucificado en el suelo, desde hace horas.
¿Quién o qué le lamió la mano a la niña debajo de la cama?


2 comentarios:

  1. ay estas historias si me dieron miedo la del payaso y la del perro aigooo

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