“Siento que esta es una manera más fácil de hablar con la gente”, dijo una mujer de 27 años de edad, quién usaba una máscara de conejo, y que se presentó con el seudónimo de Jet-Black Wings.
“No sería capaz de hacer esto sin esta máscara. Me sentiría muy avergonzada”.
El evento en Washinomiya fue organizado para beneficio de los llamados “otaku”, personas obsesionadas con productos de alta tecnología, el manga y el ánime .
El Otaku, a menudo traducido como “geek”, confiesa libremente tener una mayor interacción con los personajes y héroes de dos dimensiones que con el mundo real.
Además de dar a los participantes un impulso a su valentía, el uso de la máscara sirvió para proporcionar a los participantes la oportunidad de interactuar con otras personas.
El evento fue organizado por la Cámara de Comercio local, quienes se dieron cuenta del poder económico que representa el Otaku, cuando su pequeño pueblo se convirtió en un lugar de peregrinación para los seguidores de “Raki Suta” (Lucky Star) desde el año 2007, donde los seguidores de la serie animada claman por ver el lugar donde el personaje fue creado.
“El efecto económico directo de los aficionados de Raki Suta se estima en unos 100 millones de yenes durante los últimos cinco años”, dijo Shinji Matsumoto, uno de los organizadores.
“Somos muy afortunados de que tanta gente otaku venga a esta ciudad. Nosotros queremos que permanezcan un buen tiempo por aquí”.
En el evento del viernes, siete hombres y siete mujeres formaron parejas, por lo que el evento resultó con un 50% de éxito.
Un hombre de 33 años de edad que llevaba la máscara de un villano de un programa de televisión de 1970, estableció buena comunicación con una mujer de 26 años de edad, quién usaba una máscara de Mickey Mouse. Ambos lograron mantener la sonrisa cuando se reveló lo que estaba bajo el disfráz.
“Mi corazón latía cuando me estaba quitando la máscara”, dijo la mujer del ratón miguelito.
Preguntado sobre si la formación de esta pareja se traduciría en una cita de verdad, el hombre que se identificó como Furuta Oribe, un samurai y maestro de ceremonia del té del siglo 16, se mostró un poco inseguro.
“Espero que sí, sí”, dijo la mujer, volviéndose hacia su nuevo galán.
“Estaba muy nerviosa. Todavía no puedo creer esto “, dijo.
[Fuente: Yumeki]
[Fuente: Yumeki]
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