La estructura del Templo: hacia el encuentro con Buda que está presente en la cima del monte Meru (“Sumisan”, en coreano)
Un templo en Corea, es un espacio en donde persiste la cultura budista y la cultura tradicional del país. Todo lo que está presente dentro de un templo tiene vida y continuamente nos habla, para que podamos prestar atención a la parte interna de los materiales o quizás simplemente para que descansemos un rato en silencio tomados de la mano. Toda los adornos contiene el afecto de las personas y todo el contenido del templo es el corazón y la enseñanza del Buda, que en ocasiones, es representado mediante símbolos. La base fundamental de la cosmología budista es la existencia del monte Meru.
El camino que uno emprende hacia el templo, no es un simple paseo, es el viaje hacia el encuentro con Buda. Aunque es cierto que el Buda es omnipresente, se dice que para estar al alcance de los humanos reside en la cima del monte Meru (“Sumisan”, por su nombre en coreano), montaña mítica considerada el pico más alto del planeta. De éste nombre deriva la denominación “Sumidan”, que es el santuario en donde se encuentra la estatua del Buda. Esto significa, que el destino de nuestro viaje es Sumisan, lugar en donde está Buda. Pues entonces, desde dónde estaremos partiendo, es justamente el continente “Namseombuju”.
En la India antigua, época en la que Buda estaba vivo, se creía que en el centro del mundo estaba el monte Sumisan rodeado por 8 anillos de cadenas montañosas y separadas por 8 océanos. En los extremos norte y sur del último océano habían dos continentes, uno en cada extremo. En el continente sureño estarían viviendo los humanos, el “Namseombuju” (“nam”, significa “sur” en coreano). Hacia la parte superior estaría el cielo.
En conclusión, significa que el camino hacia el templo es el recorrido simbólico que hacemos desde el Namseombuju, tierra en donde vive el ser humano, hasta la cima del monte Sumisan, para encontrarnos con el Buda. Sería como cuando escalamos una montaña, que en el transcurso se nos llegan a la mente multitud de pensamientos. Pero que si no nos damos por vencido, logramos llegar a la cima, tal cual sería el recorrido hasta el santuario y finalmente nos encontramos con el Buda. El trayecto hacia el templo, es un recorrido hacia el interior de uno mismo.
Un templo en Corea, es un espacio en donde persiste la cultura budista y la cultura tradicional del país. Todo lo que está presente dentro de un templo tiene vida y continuamente nos habla, para que podamos prestar atención a la parte interna de los materiales o quizás simplemente para que descansemos un rato en silencio tomados de la mano. Toda los adornos contiene el afecto de las personas y todo el contenido del templo es el corazón y la enseñanza del Buda, que en ocasiones, es representado mediante símbolos. La base fundamental de la cosmología budista es la existencia del monte Meru.
El camino que uno emprende hacia el templo, no es un simple paseo, es el viaje hacia el encuentro con Buda. Aunque es cierto que el Buda es omnipresente, se dice que para estar al alcance de los humanos reside en la cima del monte Meru (“Sumisan”, por su nombre en coreano), montaña mítica considerada el pico más alto del planeta. De éste nombre deriva la denominación “Sumidan”, que es el santuario en donde se encuentra la estatua del Buda. Esto significa, que el destino de nuestro viaje es Sumisan, lugar en donde está Buda. Pues entonces, desde dónde estaremos partiendo, es justamente el continente “Namseombuju”.
En la India antigua, época en la que Buda estaba vivo, se creía que en el centro del mundo estaba el monte Sumisan rodeado por 8 anillos de cadenas montañosas y separadas por 8 océanos. En los extremos norte y sur del último océano habían dos continentes, uno en cada extremo. En el continente sureño estarían viviendo los humanos, el “Namseombuju” (“nam”, significa “sur” en coreano). Hacia la parte superior estaría el cielo.
En conclusión, significa que el camino hacia el templo es el recorrido simbólico que hacemos desde el Namseombuju, tierra en donde vive el ser humano, hasta la cima del monte Sumisan, para encontrarnos con el Buda. Sería como cuando escalamos una montaña, que en el transcurso se nos llegan a la mente multitud de pensamientos. Pero que si no nos damos por vencido, logramos llegar a la cima, tal cual sería el recorrido hasta el santuario y finalmente nos encontramos con el Buda. El trayecto hacia el templo, es un recorrido hacia el interior de uno mismo.
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