Esta situación se trata sobre
cuando los esposos tienen que separarse
debido a las opiniones encontradas con respecto al peligro que representa la
radiación para los hijos, entonces el matrimonio se rompe, debido al miedo,
provocando el distanciamiento y eventual ruptura de la pareja.
Miki, de 29 años, huyó de Fukushima
con su hija de tres años de edad, luego del desastre del 11 de marzo. Su
marido se quedó en casa debido al trabajo, que le impidió
acompañarlas. Durante seis semanas, la jóven madre se quedó con sus
familiares en Tokyo y Tochigi.
Luego regresó a su casa sintiéndose
culpable por la decisión de dejar a su marido sólo, pero las razones de su
salida se debieron a que ella quería la seguridad de su hija. El gobierno
en su momento emitió garantías de que los niveles de radiación no representaba
ningún peligro para los niños, pero los expertos externos, decían lo
contrario. ¿Quién tenía la razón?.
Un día, ella y su marido se encontraron
con el jefe del esposo en la calle y los dos hombres bromearon acerca de las
personas como Miki, que tenían miedo de la radiación. Ella miró a su
marido de otra manera. “Estoy criando una familia con este hombre?”,
Pensó. “La vida de su hija está en juego y eso le parece gracioso?“.
Algunos días después, la niña tuvo
un sangrado por la nariz sin razón aparente. ¿Eso tenía que ver con la
radiación?. Ella recordó haber oído en algún lugar que podría haber una
conexión. Una vez más, su marido se burló de ella. “Bueno, eso es
todo”, pensó. Al día siguiente ella y la niña estaban en un avión
rumbo a Sapporo. En septiembre, la pareja solicitó el divorcio.
Quedarse o irse?. Es una
decisión dolorosa y esa situación la enfrentan familias no sólo en la zona
afectada por la crisis nuclear, sino en lugares tan lejanos como Tokyo, donde
la radiación es menor pero no inexistente.
Shigeru, de 38 años, huyó de Sendai
con su hijo de siete años de edad.
Al principio su esposa, la
madre del niño, estaba con ellos. Se dirigieron primero a la vecina
prefectura de Yamagata, donde las tiendas estaban abiertas y había suministros
disponibles. Shigeru decidió que ahí era un lugar seguro para su hijo, pero su
esposa pensaba lo contrario y regresó a Sendai, abandonando al esposo e hijo.
En abril, Shigeru fue trasladado
por su compañía a Tokyo y tuvo que encargar a su hijo con sus padres en Kyoto,
así comenzó un período de incertidumbre, con muchas idas y venidas entre
Sendai para visitar a su mujer, a Tokyo por el trabajo y a Kyoto para ver a su
hijo.
Poco a poco, la incertidumbre
terminó cuando la esposa le solicitó el divorcio por escrito. Shigeru está
convencido de que Sendai es demasiado peligroso para el niño. Las familias
siguen estando divididas y con pocas perspectivas de reunificación.
[Fuente:Yumeki]
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