Hace mucho tiempo en Corea, vivía un granjero con su esposa. Una noche, mientras comían arroz y kimchee en su humilde cocina oyeron unos unos gritos y notaron cómo la tierra temblaba.
Con mucho miedo, abrieron la puerta y vieron unos monstruos tokaebi. Estaban bailando, gritando y peleándose delante de su casa. El granjero se armó de valor y dijo:
Con mucho miedo, abrieron la puerta y vieron unos monstruos tokaebi. Estaban bailando, gritando y peleándose delante de su casa. El granjero se armó de valor y dijo:
- "Salgan de aquí, ésta es nuestra casa"
- "Ja, ja, ja"- se rió el tokaebi más grande- ¡Ésta ya no es tu casa, es nuestra casa!".
El granjero volvió a decirles que se fueran porque ésa era su tierra, pero los monstruos tokaebi se rieron de él, pero finalmente, el jefe de los monstruos Tokaebi se le ocurrió una idea.
- Veamos, granjero, tú dices que esta tierra es tuyo y yo digo que es nuestra. Te propongo hacer un concurso. Quién gane, se queda la casa y quien pierda, se va.
Aunque al granjero le pareció muy injusto porque la casa era suya, no le quedó más remedio que aceptar la proposición del tokaebi pero con la condición de que cada uno de ellos creara una prueba del concurso.
El tokaebi más grande, se lo pensó un momento y acariciando sus cuernos dijo:
-"¿Cuántos boles se necesitarían para vaciar el mar?"
El granjero se miró al Tokaebi y después de pensar un rato dijo:
- "Depende del tamaño del bol. Si tienes un bol enorme y del tamaño del mar, sólo necesitarías un bol. Si tienes un bol de la mitad del tamaño del mar, necesitarías dos."
El tokaebi se enfadó porque el granjero había respondido sabiamente. Y esperó la pregunta del granjero.
El granjero se puso en el umbral de su puerta con un pie dentro y un pie fuera. Entoces preguntó al tokaebi:
- "¿Estoy entrando o estoy saliendo?"
El tokaebi le miró furioso porque cualquier respuesta sería incorrecta. Así que él y el resto de tokaebis se fueron a regañadientes. ¡El granjero les había ganado!
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